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jueves, 27 de noviembre de 2008

James Webb Young y su "Anatomía de Gray" particular sobre las ideas...


Explica, Webb Young en su libro Una técnica para producir ideas, que una idea tiene algo de esa cualidad misteriosa que poseen las fábulas sobre la aparición de las islas en los Mares del Sur. Según cuentan los marineros del lugar, en determinados emplazamientos en los que tan sólo se vislumbra un mar azul profundo, aparecía súbitamente, por encima de la superfície de las aguas, un atolón con un aura mágica a su alrededor. Y Young, nos propone que algo similar ocurre con las ideas. Aparecen súbitamente, sin apenas justificación y con la misma especie de aura a su alrededor. En otro grado de comparación, tanto dichos atolones como las ideas, arraigan en algo más profundo, entiéndase formaciones de coral o construcciones previas que uno mismo va adquiriendo con el tiempo, por ejemplo.


Young nos propone a su vez que para producir ideas, debemos, entre otras muchas cosas, saber combinar adecuadamente los elementos de los que uno dispone (nuestro coral sobre el que nos sustentamos, vivimos, aprendemos, etc.) y a su vez necesitamos de un cierto talento para encontrar dichas relaciones. Más concretamente, el prestigioso creativo publicitario nos concreta, en 5 pasos, una técnica para la producción de ideas. No es mi intención desgastar las teclas de este maltrecho teclado (ni vuestras necesarias retinas) exponiendo todos los detalles de la citada técnica, pero es interesante exponer de manera superficial el quid de cada uno de estos pasos.


1-. Recogida de materia prima, distinguiendo entre materiales específicos (relacionados directamente con el producto y con el público al que nos dirigiremos) y entre los generales (todo aquello que nos fascina: cultura, cine, literatura, televisión, música, un grafitti, etc.).

2-. Masticar estos materiales: "[...] tomáis un dato, lo volvéis de uno y otro lado, lo miráis con luces diferentes, y buscáis cómo podéis sentir su significado. Ponéis dos datos juntos, y tratáis de ver cómo encajan".

3-. Digerir los materiales y sus combinaciones posibles. En este apartado se nos recomienda alejarnos lo máximo posible del asunto que nos tiene (pre)ocupados.

4-. La idea surgirá en cualquier parte. Con todo lo sembrado, debemos "esperar" a recoger los frutos de nuestra investigación, trabajo y reposo.

5-. Debemos transplantar la idea al mundo de la realidad (lugar en el que, a menudo, la pequeña criatura que parecía ser al nacer no es tan bonita como creíamos). Debemos adaptarla a las exigencias reales y darle la máxima objetividad posible (dejemos que los que nos rodean opinen sobre ella).


Siendo franco, los pasos aquí listados no creo que sean nada novedoso para ninguno de vosotros, ya que en mayor o menor forma, todos los seguimos. El problema que cometemos algunos, creo humildemente, es que seguimos algunos de estos pasos, pero o bien lo hacemos de manera incompleta o bien de manera desordenada, y por tanto, los resultados distan en muchas ocasiones de aquello que pretendemos obtener. Las prisas, el stress, o la predilección por mantenernos en la inopia de la motivación hacen que no seamos 100% productivos. Así pues, puede que si realmente queremos obtener lo que buscamos, deberíamos dejarnos de lamentaciones y ser plenamente coherentes con lo aquí expuesto y los pasos nombrados de una manera lo más rigurosa posible. No quiero decir con esto, que este rigor nos conduzca ineludiblemente a la mejor creación posible para lo que nos han encomendado, pero ayuda. Ciertamente, ayuda. Y es que la lucecita jamás aparecerá sola, y en el caso de que lo haga, debemos evitar que lo haga de una manera frágil. Una fragilidad que tan sólo motivará que la bombilla se rompa a las primeras de cambio, por no tener un trabajo en profundidad a sus espaldas, una base bien estudiada o simplemente, una motivación adecuada para sacarle toda la energía posible.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Día D: cualquier día.


Cada día parece un día más. Te despiertas, tomas algo rápido, intentas evitar perder el tren, cuando te das cuenta que un día más te tocará esperar (perdonadme por ser tan reiterativo, pero es que lo mío con Renfe es un sinvivir...). Llegas a la universidad, hablas, aprendes, te empapas de un montón de cosas; sales de la universidad, trabajas teniendo en mente algunas cosas de cualquier asignatura que te vienen a la cabeza (y muchas veces haces mal tu trabajo por estar pensando en la universidad...). Coges el tren de vuelta a casa, meditas y se te ocurren algunas cosas buenas, y otras menos buenas, llegas a casa y la rueda del "día cualquiera" sigue.

Y es que puede parecer un día cualquiera, pero algo hemos aprendido, por ínfimo que parezca. Y es que todos los días son “días D”, y es que todos ellos cuentan. Puede que hoy no haya tenido una gran idea o haya aportado nada sustancial al mundo, pero…y? Hemos venido aqui a jugar, a aprender, a jugar aprendiendo y a aprender jugando.

Todos los días son grandes días.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Hacer lo imposible...


Para nosotros, estudiantes, ¿qué es hacer lo imposible? ¿Obtener el título? ¿O obtener el título que pensamos que jamás seríamos capaces de obtener? ¿Ser Felices? ¿O ser Felices cuando tiempo há uno pensaba que sería algo muy complicado? ¿Sonreir a la adversidad? ¿O sonreirle y desearle suerte? Estando tan inmerso en la solución de "imposibilidades", uno se da cuenta que dicha filosofia se puede aplicar al día a día. Y es que (quizás me repito un poco...), pero no hay nada que me guste más que equivocarme para posteriormente enmendar mi error, y darme cuenta que no era tan difícil. Por poner un ejemplo, el día que consiga no estar nervioso en una presentación, habré logrado convertir el imposible en posible, y me daré cuenta que me equivocaba al pensar que no sería capaz de hacerlo.
Ahora toca tirar del hilo, un hilo de un ovillo gigante, que nos depara muchas sorpresas gratas e ingratas, y yo no quiero perderme ninguna de ellas.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Toshiba Timesculpture: 360º de qué?

Des de que Matrix apareció en nuestras vidas, un nuevo mundo se abrió camino en el imaginario de los realizadores. Hasta el punto que a veces incluso cansa. Los señores de Toshiba se han gastado 4,7 millones de euros (creo que eran euros y no dólares, pero no he sabido contrastarlo), en un spot brutal por lo que a producción se refiere, pero que la verdad, en los tiempos que corren, a mi me ha dejado frío.


Anuncio Toshiba Timesculpture

Y siento indiferencia por el hecho que es una historia que ya conocemos: la superposición de capas, la gravación con más de 200 cámaras controladas por control remoto y colocadas en un aro elevado que rodea la acción, una postproducción propia de ingeniería, etc. Además, le sobran algunos segundos que otros y se pasa de largo. Éso no quita, ni mucho menos, que este estilo videoclip sea genial des del punto de vista de la producción y de la elaboración de la pieza.

Además, en el making off se puede ver, no sólo como lo hicieron, sino los comentarios del director, el planner, la producer de la agencia (Grey), el director creativo, etc.